UNA EXTENSIÓN DEL SAHARA EN MEDIO DEL OCÉANO ATLÁNTICO
Boavista contiene un verdadero desierto en la parte noroeste de la isla, el desierto de Viana. De apenas un kilómetro de largo y unos 5 km de largo, se caracteriza por una arena clara mezclada con granos de tierra negra. Los vientos oceánicos transportan continuamente grandes volúmenes de arena del continente africano, depositándolas en la isla de Boavista debido a la conformación del terreno y la proximidad a tierra firme. Esta arena crea auténticas dunas desérticas, intercaladas con una escasa vegetación y algunas rocas volcánicas muy oscuras. El resultado de este fenómeno es un arcoíris de colores y el rápido paso de las nubes proyecta sobre el suelo una alternancia de luces y sombras casi hipnótica.
El paisaje lunar, amplificado por la ausencia total de sonidos artificiales, hace de este lugar un punto de parada obligado: es posible caminar sin dificultad, en la tranquilidad de estar a pocos pasos de la civilización, sin el peligro de encontrar animales venenosos o arenas movedizas.